Hoy me dispuse a descargar un juego de internet, para despilfarrar mi tiempo en estas
horas prestadas de ocio, las cuales me siento realmente privilegiado de tener.
Pero justo segundos antes de empezar a escribir estas líneas, algo en el fondo,
clamaba tomar otra decisión que pasar el rato, y regalarle el incalculable
tesoro llamado tiempo al… No tengo sinónimos para el ocio, lo siento lector,
indagaré otra palabra en futuras publicaciones…
Pienso:
¿Cuándo fue mi última nota en el blog?… Y mi fondo (¡No sé! ¿Será mi
conciencia?, ¿Será mi alma?, ¿Será mi espíritu lo que llamo “Fondo”?) clama
angustiosamente reclamando: ¿Qué haces?
Mi
mente en este momento parece una ametralladora de preguntas, mi pensamiento no
puede reaccionar al ataque. En lo que mi pensamiento reacciona sólo escucho
algo que dice: Hay cosas más importantes que hacer. Pero ¿Qué es más
importante? Mamá duerme, mi hermana no está, mi habitación está ordenada…
Diablos! ¿Qué es importante?
Me
traslado automáticamente de mi editor de texto a una página en internet y busco
el significado de la palabra importancia… lo que es conveniente o interesante,
que es de mucha entidad o consecuencia… Escoge lector de los cuatro
calificativos yo me quedo con el recién dicho: Consecuencia.
Creo
que escribo en este momento, por mero desahogo… frustración… refugio… La
Inconstancia en mi es mi enemigo letal… Usualmente Ocio y ella me aniquilan y
no sé durante cuánto tiempo lo han hecho… No me basta lo que he logrado (si es
que algo tengo)… Fondo detonó una bomba en mi interior… hastiado de mi actitud,
me imagino cuántos Fondos claman dentro de los hombres y mujeres por hacer
cosas de “importancia”…
No
tengo cara en este momento para ver a este sujeto detrás de la letra… Esto no
es por fama, por llamar la atención… Es sencillamente lo que debo de hacer en
este momento… En otros momentos lo que debo hacer es tomar mi guitarra… En
otros momentos es terminar de componer las canciones inconclusas… Terminar mi
carrera universitaria… El libro que he dejado a medias… Ufffff… ¡Dios! Cuando
miro atrás y veo todos los caminos iniciados y no terminados (al menos
terminados, aunque no sean “importantes” para mí o los demás) me siento
miserable.
No creo
llegar al lugar que tengo que llegar de esta manera… Necesito una reacción. Lector
escribo esto por mero desahogo de la frustración…